"¡Pipas, agua...!". Esas palabras son ya habituales entre aquellos que esperan que llegue a su altura la cabeza de la procesión, en este caso del Viernes Santo marrajo.
"¡Pipas, agua...!". Esas palabras son ya habituales entre aquellos que esperan que llegue a su altura la cabeza de la procesión, en este caso del Viernes Santo marrajo.