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En un rincón muy cartagenero, en pleno centro de la ciudad, podemos encontrar a la Virgen de la Soledad esperando la visita de sus fieles. Allí acuden sus devotos penitentes que en Semana Santa procesionan su imágen, pero antes acuden a este rincón a cantarle y rogarle.

Podemos encontrar a cartageneros y penitentes dejándose caer por unos segundos solamente para verla y continuar sus rutinas.

Por unos segundos, vuelves al pasado, al recogimiento, a la oración y a la belleza. En este rincón descubres cosicas.