Con los nervios templados de profesionales, iniciaron un partido transcendental para su corta etapa en la competición. En el primer cuarto de partido se fueron ya de tres puntos, dominando y vigilando, y se dedicaron a controlar el partido con la seriedad y tranquilidad que la confianza en sus recursos les daba, todas las jugadoras tuvieron cabida, y se llegó a la mitad del encuentro con un 4-1 a favor de las cartageneras, sin confianzas y sin bajar la guardia, si bien al contrario más celosas de guardar el marcador.
Las hasta entonces líderes del Puertas de Valencia que se las prometían felices al inicio, no salían de su asombro, no podían perfeccionar jugadas, no llegaban a perfeccionar los ataques, el control era absoluto por parte de las departamentales, un gol más se produjo en el tercer cuarto. Ya arrancando el último cuarto, y con una serenidad espectacular, se produjo el 6-1. No fue hasta los últimos minutos cuando dos goles de las visitantes plasmaron el resultado final de 6-3, en un partido vibrante donde por primera vez la piscina Municipal de Cartagena se llenaba de aficionados, de cánticos y aplausos.
Un éxito que demuestra que el esfuerzo tiene su recompensa, que la suerte no tiene nada que ver; que no ha sido fruto de la improvisación y que este éxito que nos enorgullece a todos ha sido el resultado de la constancia, de la responsabilidad, del esfuerzo, de la organización y del equilibrio entre la razón y el corazón.
