Novedad será que la Junta de Cofradías asume plenamente la organización del concurso, mientras el Ayuntamiento colaborará aportando la dotación económica del premio y sufragando la edición de los carteles, según el acuerdo al que han llegado ambas instituciones, además de tener representantes en el jurado.
El cartel del año 2017 se vio envuelto en una polémica ya que el elegido por el jurado no gustó a la mayoría del mundo procesionista. El motivo era que en dicho jurado eran minoría los representantes cofrades sobre el resto. Esta situación se modificó, para evitar nuevos conflictos, y en el cartel de 2017 los procesionistas ya eran mayoría en ese equipo que decide el ganador. Esa composición se mantendrá.